¿Qué hace único al Rubí en el mundo de la joyería? Joyas 09/12/2020

Una breve introducción

Los secretos de una de las piedras preciosas más fascinantes del mundo: el rubí. La humanidad ha usado, buscado y comercializado gemas desde hace miles de años. Una de las más valoradas a lo largo de los siglos ha sido el rubí.

Esta piedra fue durante mucho tiempo llamada «carbunco«, y se confundió con la espinela roja y el granate. No fue hasta 1800 que se la unió, junto al zafiro, al grupo del corindón.

Su nombre, derivado de la palabra latina «ruber» con que se denominaba el color rojo, hace referencia directa al tono de estas gemas: curiosamente, eso es lo único que las diferencia de los zafiros, como se denominan todas las demás variedades de corindón.

De hecho, los rubíes más apreciados son los de color rojo más intenso, que reciben el peculiar nombre de “sangre de pichón”: Su tonalidad es de un rojo puro con tan sólo un toque de azul. Este tipo de rubí sólo se encuentra en las minas de Myanmar (la antigua Birmania), cuyos depósitos de rubí son los más apreciados en el mercado, junto a las de Madagascar, India y China. Para su extracción, se sigue utilizando el mismo método tradicional ya empleado siglos atrás.

 

Cualidades del rubí 

Los rubíes y zafiros son las piedras más duras después del diamante.
El corindón es el estándar nº 9 en la escala de durezas de Mohs, que va del 1 al 10, y en la cual el diamante es el nº 10. Su excelente dureza, combinada con el rico color cálido y su intenso brillo, hace de estas gemas  piedras muy valiosas: así, junto con el diamante, el zafiro y la esmeralda forma las llamadas “cuatro piedras preciosas”.

No es para menos: un rubí natural de más de 10 quilates es una de las piedras más caras, más difíciles de conseguir –más incluso que diamantes del mismo tamaño-, y, por lo tanto, más deseadas por coleccionistas de todo el mundo. No en vano, muchos de ellos son una parte esencial de las insignias reales y otras joyas famosas. Ya en India, durante el período Mogol, sus príncipes compraron la mayoría de los más bellos rubíes de Birmania, que utilizaron incluso para incrustar en las empuñaduras de las dagas y cubrir sus tronos. Cuando un Rubí de estas características aparece en subastas tradicionales o subastas online acostumbra a acumular una gran cantidad de pujas.

 

Rubíes famosos

El más grande encontrado hasta la fecha se descubrió en 1961 y pesaba 3.421 quilates. Se rompió para tallarlo, y aun así su fragmento más grande pesaba todavía 750 quilates.

La corona de San Wenceslao, la más importante y antigua de las joyas de la corona de Bohemia, conservada actualmente en el castillo de Praga, tiene una piedra no facetada que pesa 250 quilates.

Podemos destacar también piezas como el Edward, de 167 quilates, que se encuentra en el Museo Británico de Historia Natural en Londres; el Rosser Reeves, de 138 quilates, expuesto en el Smithsonian de Washington, el Estrella-Long de 100 quilates que podemos encontrar en el Museo Americano de Historia Natural de Nueva York, o el “Rubí de la Paz”, de 43 quilates, así llamado porque fue encontrado a principios de 1919, poco después del final de la I Guerra Mundial.

No sólo la realeza se ha encaprichado de esta magnífica piedra: celebridades como Elisabeth Taylor, Jacqueline Kennedy Onassis o Marlene Dietrich han sido también poseedoras de piedras fastuosas de precios desorbitados, que después han alcanzado precios elevadísimos en subasta.